No diré que es "pulpo a feira" porque faltan los platos de madera, el caldero de cobre y el olor a ganado, pero es lo más parecido que podemos tener en casa. Muy fácil y más si se tiene una olla a presión (que el título de la receta no es porque el pulpo o la cocinera estén presionados...).
Ingredientes:
- pulpo
- aceite de oliva
- sal gorda
- pimentón dulce
Lo primero es que el pulpo pase por el congelador para que las fibras se rompan y no quede duro. Lo más sencillo es comprarlo ya congelado. Claro que bien difícil es conseguir pulpo que no haya pasado por congelador. No es necesario que sea gallego el pulpo, por si habían dudas, más bien es difícil que sea gallego...
Al tema. Se echa una taza de agua en la olla y se pone al fuego. Cuando está caliente, se echa el pulpo. No es necesario asustarlo puesto que ya se congeló pero es gracioso ver como se enroscan los rabillos. Se cierra la olla y se espera a que suba al segundo anillo (no sé como explicarlo con las ollas más antiguas... ¿cuándo empiece a salir el vapor?). A partir de ahí lo dejamos unos ocho minutos y lo apartamos del fuego. Lo dejamos hasta que bajan los anillos y queda sin vapor, de manera que se pueda abrir. Se escurre el pulpo y se corta en una bandeja. Se echa sal gorda, pimentón dulce y, por último, el aceite.
Se puede comer con pan pero a mi me gusta con patatas hervidas, llamadas cachelos si se tiene la suerte de conseguirlas gallegas.
¡Buen provecho!
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