¿Quién puede resistirse una vez cortado? |
Hay leyendas urbanas y luego recetas que han pasado de unos a otros. Hoy en día es facilísimo pasar recetas gracias a internet (y más con los blogs) pero hace años no era así. Las recetas se pasaban entre familiares, amigos y conocidos, apuntándolas en hojas arrancadas de libretas de espiral.
¡Ay qué tragedia cuando se extraviaba una receta!
La primera receta que recibí y aprendí fue la del bizcocho con las medidas del vaso de yogur. ¿Quién no la ha visto? ¡Mítica! Además hace veinte años no abundaban las básculas de cocina así que el medir con el propio vaso era una ventaja muy grande frente a otras recetas. Me pasé veranos en el pueblo haciendo un bizcocho por día, me lo pasaba en grande, y más con huevos recién recogidos, harina de la buena y mi abuela encantada.
Como creo que mucha gente ya conoce la receta tradicional, aquí la incluyo con dos pequeñas variantes: la naranja y el chocolate.
1 yogur natural sin azucarar
1 vaso de yogur de azúcar moreno
1 vaso de yogur de aceite
3 vasos de yogur de harina
3 huevos
1 sobre de levadura seca/química
1 naranja
Pepitas de cobertura de chocolate al gusto... cuantas más mejor
Para empezar se echa el yogur en un bol grande. Se agrega la levadura y la harina poco a poco mientras se remueve, para deshacer bien todos los grumos. Se añade el aceite y se sigue removiendo.
En otro recipiente se baten los huevos para romper las yemas, se agrega el azúcar y se bate bien todo junto.
Se junta todo en el bol, se agrega el zumo de la naranja y las pepitas de chocolate y se remueve de nuevo. Esta vez no he incluido la ralladura de la piel de naranja pero también es buena opción: se consigue un sabor más intenso a naranja.
El horno se puede encender antes de mezclar los ingredientes: arriba y abajo a 200º. Sea del material que sea el molde, hay que huntarlo con un pedacito de mantequilla para evitar que se pegue. Se echa la masa pseudolíquida y al horno.
30 minutos a 180º, a poder ser un nivel por debajo del centro del horno a fin de que no se queme. Pasado este tiempo se apaga el horno y se deja cinco minutos más dentro.
Bizcocho sin desvirgar |
Para desayunar, para merendar, como postre o sin motivo, cualquier momento es bueno para comer un trozo.
¡Buen provecho!
Así me gusta, con muuuuchas pepitas de chocolate! Envidia para ti que hoy tienes merienda rica rica!
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