Mentiría si dijera que esta pizza es 100% vegetal pero si se prueba la sal de jamón, se quiere echar en todo plato que se prepare. A ver si ahora que me he desintoxicado de cafeina y teina, voy a tener que desintoxicarme de sal de jamón...
El fin de semana tenía antojo de pizza así que decidí que nada mejor que pizza casera. Se puede decir que salió casi perfecta pero ya sé en qué fallé, en la cocción de la masa. Luego lo arreglé pero tranquilidad, a continuación lo explico para que no pase lo mismo que a mi.
¿Masa sin levadura? Sí, la mayoría echa levadura pero no tiene gracia ser como la mayoría.
Bueno, manos a la obra porque la receta de hoy es sencilla pero larga...
Para la masa de la pizza (para dos):
200 grs. de harina integral de trigo
120 ml. de agua tibia
1 cucharadita de sal
3 cucharadas soperas de aceite de oliva
Resto de ingredientes:
1 diente de ajo
Albahaca seca o fresca
Aceite de oliva
Espinacas crudas
1 tomate no muy maduro
1 bola de mozzarella
1 puñado de piñones sin tostar
Si se tiene thermomix o similar, la masa es muy sencilla de hacer. Si no, en un bol para no hacer gran estropicio, se hace un volcán con la harina y la sal y en el medio se echa el agua y el aceite. Se va integrando poco a poco hasta que queda la masa homogenea.
Tanto si se amasa con máquina como se se hace a mano, el último amasado se tiene que hacer a mano sobre la encimera, siempre usando mucha harina para evitar acabar con la masa pegada por todas partes. Cuando ya no se pegue, con un rodillo se extiende hasta que quede de un grosor de unos dos milímetros.
Se deja encima de papel vegetal (de hornear) sobre la bandeja de horno. Se mete en el horno unos cinco minutos a 220º. Lo sacamos, bajamos el horno a 50º para mantenerlo caliente y ya podemos cubrir la masa.
Para empezar, en un mortero se pica y aplasta el diente de ajo con un poco de aceite y albahaca. Con un pincel se unta la masa con esta mezcla.
Se cubre la masa con hojas de espinaca siendo generosos. Por encima las rodajas de tomate y la mozzarella también en rodajas. Todo esto se rocía con una salsa "pesto" rápida: en el mismo mortero se aplastan unos piñones junto con aceite y albahaca.
Para terminar se echa sal de jamón: con esto no hace falta añadir sal y cuando se muerde y encuentra el sabor del jamón... mmm...
Se mete la pizza en el horno a 200º, en la parte baja para que la masa se haga más. Ahí se deja 15 minutos tras los cuales se sube la bandeja a la mitad del horno otros 10 minutos.
Y ya tenemos la pizza.
Ni que decir que los cinco minutos de horneado de la masa sola se tienen que aprovechar para cortar los ingredientes y preparar los aceites.
Por supuesto, vegetarianos y veganos pueden evitar la sal de jamón y echar simplemente sal si se quiere.
¡Buen provecho!
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