Deconstruida. Digamos que Ferran Adrià no pensaba en esto cuando hacía platos deconstruidos pero ahora se usa ese término con tanta facilidad... es más, las primeras tortillas de patatas que hice eran deconstruidas ¿o destruidas?
En el plato de hoy no se deconstruye realmente pero queda tan bonito en dos colores... podría llamarse en dos texturas pero al final todo es líquido, más o menos denso pero líquido. Y fresco.
1/3 de sandía
3 yogures griegos sin azúcar
1 cucharada sopera de miel
Se tritura la sandía hasta que quede completamente líquida. Evidentemente sin pepitas y sin cáscara. ¿Se llama cáscara la parte exterior de la sandía?
Al caso. En un bol se vierten los tres yogures y la miel y se mezclan bien. 2/3 de la crema resultante se trituran con la sandía hasta que quede homogeneo.
Se dejan enfriar en la nevera, mezcla de sandía y yogur y el yogur restante, durante una hora.
En el momento de servirse, se echa en el fondo de un vaso ancho el yogur. Con un cucharon grande se vierte con cuidado la sandía.
El resultado es un aperitivo o merienda refrescante.
Si se quiere más frío hay un truco. Tras triturar la sandía, se aparta un poco del líquido a una cubitera para obtener cubitos de sandía. Antes de servirse, se tritura la sopa de sandía y yogur junto con los cubitos hasta que estos se desagan y luego se emplata. Si se echan los cubitos directamente en el emplatado, se corre el riesgo de que se deshagan y nos quedemos sin el efecto de dos colores.
Y tan fácil como siempre.
¡Buen provecho!
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