Es igual que un cuadro y daría pena comerlo de no ser porque está tan bueno...
Al queso provolone al horno o a la plancha se le denomina provoleta pero no sé si es muy apropiado puesto que, en teoría, se trata del queso provolone a la parrilla, plato originario de argentina. Y yo pensando que era un plato italiano...
Por ello lo que muestro hoy no puede denominarse provoleta, dejémoslo en provolone con tomate al horno. Eso sí, buenísimo está y con cero dificultad. Para novatos de la cocina.
1 disco de queso provolone
3 tomates tipo pera
1/2 cebolla
Aceite de oliva
Sal
Orégano
Tomillo
Albahaca fresca
Se escaldan los tomates, se dejan templar y se pelan. Se trituran junto con la media cebolla.
Tradicionalmente se utiliza una cazuelita de barro pero no se pueden tener todos los cacharros necesarios en una cocina convencional, a no ser que se prescinda de salón o se llene el armario de la ropa con utensilios varios. En mi caso utilizo una fuente de cristal apta para el horno.
Se unta el fondo con un chorrito de aceite. Se echa el triturado de tomate por todo el fondo añadiendo un poco de sal.
En el centro se coloca el queso y por encima, tanto de queso como de tomate, se echan las hierbas aromáticas.
Tras precalentar el horno a 180º, se introduce la bandeja un nivel por encima del centro y se deja una media hora.
Digo "una media hora" porque depende de la potencia del horno y de lo churruscado que guste el queso. Si no gusta con crujiente por encima, solo hay que ponerlo un nivel por debajo en el horno.
¿A que suena fácil? Claro, porque lo es. Eso sí, mucho cuidado porque tarda un poco en enfriar...
¡Buen provecho!
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