Cuando visité la Bretaña francesa descubrí un plato típico de la zona: las galettes. Y no pasaba día sin tomar una galette completa: con jamón, queso y huevo. La diferencia esencial con los crepes es el tipo de harina utilizada. Para hacer galettes hay que utilizar harina de trigo sarraceno, un tipo de trigo que tolera climas fríos, húmedos, suelos pobres y poco fértiles.
Como es de suponer, esta harina no se encuentra en cualquier supermercado pero sí en la mayoría de los herbolarios y tiendas de productos ecológicos, aunque en estas últimas puede resultar más cara.
En Bretaña hacen galettes con todo tipo de ingredientes aunque la típica es la nombrada antes. Y por ser tan típica, pierde encanto, así que nos sacamos de la manga una nueva versión: la gallega.
Las cantidades descritas dan para 12 galettes.
330 grs. de harina de trigo sarraceno
10 grs. de sal
750 cc. de agua
1 huevo
Lacón ibérico cocido
Queso Arzúa
Mantequilla
Se mezcla bien la harina con la sal y un tercio del agua. Si se puede, mejor con una thermomix, kitchen aid u otro utensilio. Se agrega otro tercio del agua y se vuelve a mezclar hasta que quede homogeneo y se repite con el resto del agua. Se añade el huevo y se mezcla bien.
La finalidad del huevo es conseguir un tono más dorado, poco más, por lo que no es necesario su uso. Se puede dejar la masa tapada en la nevera dos o tres horas si no se va a hacer uso al momento.
Hay quien hace las galettes con el relleno a la vez pero yo prefiero hacer todas las galettes primero y, cuando se vayan a comer, agregar el relleno en caliente. ¿Cómo? Se pinta una sartén grande con un poquito de mantequilla, la justa. Se calienta a fuego medio alto. Una vez caliente, se echa un cucharón (de los de servir caldo) de masa en la sartén y se reparte bien por toda la base moviendo la sartén. Se deja un minuto y con una espumadera se "despegan" los bordes y se mueve la sartén para evitar que se pegue. Enseguida se le puede dar la vuelta y dejar un minuto más antes de sacarla del fuego para hacer una nueva galette.
No es necesario echar mantequilla cada vez, pero cuando se lleven seis o siete galettes sí que hay que volver a pintar la sartén.
Rellenarlas es de lo más sencillo.
En una sartén sin untar con aceite o mantequilla, a fuego bajo, se pone una galette. En el centro se sitúa una loncha de un centímetro de espesor de queso y encima se cubre con el lacón. Se cierra la galette como un sobre. En un minuto está lista, el tiempo justo de que se caliente el queso.
Este plato está muy bueno pero no es apropiado si hay muchos comensales porque se tiene que comer caliente. A no ser que se pongan cuatro sartenes a la vez y se tenga una habilidad fuera de lo común para controlar las cuatro...
Y no hace falta decir que se pueden rellenar las galettes de casi cualquier cosa, aunque siempre hay excepciones.
¡Buen provecho!
Cris, que rico! me acabo de levantar , no he desayunado, y entro a revisar la prensa, el correo y mi blog y me encuentro con esto... se me hace agua la boca :-)
ResponderEliminarSi te consuela, esto fue la cena de ayer, hoy ya no... :P
EliminarQué bueno! Yo también cuando fui a Bretagne me enamoré de este plato! Qué rico, probaré la receta!
ResponderEliminarPrueba, es super fácil, solo requiere tiempo :)
EliminarPor cierto, la próxima entrada (supongo que mañana la haré) te va a encantar...