Hacía semanas que no comía cuscús. Me apetecía. Pero ahí estaban las verduras y ¿qué podía hacer? ¿Otra vez cuscús con verduras? Bien bueno está pero algo monótono. Una berenjena rogando servir de alimento de una vez. Bueno, pues una berenjena rellena. Ya pero me apetece cuscús...
¿Quién ha dicho que no pueda servir de relleno? Quien lo haya dicho va a tener que retractarse porque la prueba está superada. Y eso que iba a contrarreloj porque entre semana los tiempos están marcados por el trabajo.
1 berenjena grande
1/2 cebolla
100 grs. de cuscús
Queso parmesano rallado
Aceite de oliva virgen extra
Sal
Agua
Se lava la berenjena y se parte por la mitad. A lo largo, claro. Se vacían las dos partes, dejando la piel y una pequeña capa que da consistencia a los recipientes naturales.
Se pican la cebolla y el interior de la berenjena y se pocha en una sartén con un chorrito de aceite y sal, a fuego medio. Eso supone unos veinte minutos.
Mientras tanto se prepara el cuscús, en esta ocasión sin mantequilla: cuando hierve el agua con sal y aceite, se aparta del fuego, se echa el cuscús y se deja unos tres minutos, tras los cuales se pone a fuego bajo y se remueve hasta que se acaba de secar.
También se aprovecha para rallar el queso.
Volviendo a las verduras, cuando han pochado se echan en la picadora. Una vez trituradas se mezcla con el cuscús.
En una bandeja de horno, sobre papel vegetal o de aluminio, se ponen las partes exteriores de la berenjena y se rellenan con la mezcla de cuscús y verduras. Se cubren con el queso rallado y se meten en el horno para gratinar hasta que el queso esté dorado.
Un apunte para vegetarianos que no quieren tomar queso: se puede sustituir por levadura de cerveza. Yo todavía no lo he probado pero quien lo toma cuenta maravillas. Cuando lo pruebe daré mi opinión.
Volviendo a la berenjena rellena de cuscús, ha sido un experimento exitoso lo cual me ha alegrado mucho el día.
¡Buen provecho!
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