Bizcochos, madalenas, tartas ¿ideal de alimentación? Pues hasta cierto punto, llega un momento en que todo exceso cansa. Vale, no cansa pero hay que compensarlo con algo sano.
Desde pequeñita me gusta el conejo aunque solo recuerdo comerlo con arroz. No, no acompañado con arroz blanco. Un arroz con conejo con sus guisantitos y sus "cosas varias". Ese arroz que quedaba churruscadito por debajo. Comía el conejo primero y luego el arroz, supongo que porque me gustaba más este último.
Sin embargo ahora me encanta el conejo y no necesito acompañarlo por otros ingredientes, horneado está buenísimo. Así lo íbamos a comer el otro día pero ¿qué hacer con los champiñones de la nevera? Empiezo a pensar que esa nevera cría verduras...
Pues nada, conejo guisado con champiñones y listo.
1/2 conejo troceado
1 diente de ajo
1/2 cebolla
150 grs de champiñones
1 vaso de vino blanco
Romero
Aceite de oliva
Sal
Se echa el diente de ajo picado en una cazuela de barro a fuego medio con un chorrito de aceite. Se saltea dos minutos y se echa la media cebolla cortada a trozos muy pequeños. Incluso se podría picar.
Cuidando que no se queme, se deja cinco minutos antes de echar el conejo.
Se hacen los trozos cinco minutos por cada lado tras los cuales se baja el fuego, se añaden los champiñones laminados, se sala, se remueve y se agrega medio vaso de vino blanco. Se tapa.
Diez minutos después se echa romero, se vuelve a remover y se añade el vino restante.
Se tapa, se deja cocer otros diez minutos y se retira del fuego.
Solo hay que emplatar y a comer.
¡Buen provecho!
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