jueves, 28 de marzo de 2013

Alcachofas en conserva, para un imprevisto


Hasta el año pasado no me gustaban las alcachofas, creo que ya lo he comentado en más de una ocasión. Pero el ser humano es cambiante, bueno, al menos pienso que debería serlo, si no no evolucionaríamos. Ya me voy por las ramas, vuelvo a las alcachofas. 
Se pueden comer de muchísimas maneras pero nunca viene mal tener un repuesto para los imprevistos. De ahí el tener conservas. Y mucho mejor conservas hechas en casa. El primer experimento: alcachofas en aceite. 
Solo necesitamos: 
Alcachofas 
Zumo de 1 limón 
Más o menos 
50 cl. de aceite de oliva 
10 cl. de vinagre de vino blanco o xerez 
Sal 
2 litros de agua 

Las alcachofas se van a conservar en un tarro de vidrio así que se usan tantas como quepan. A tener en cuenta que solo se van a usar los corazones. 

Se lavan las alcachofas, se quitan las hojas de fuera hasta llegar a las tiernas, el corazón, y se cortan en dos o cuatro partes, dependiendo del tamaño. En un bol grande se echa un litro de agua y el zumo del limón y se ponen a remojar las alcachofas una media hora. 
Se pone otro litro de agua al fuego junto con el vinagre y la sal. Se escurren las alcachofas y se echan en el agua hirviendo para dejarlas cocer a fuego lento unos diez minutos. Pasado este tiempo se sacan del fuego, se escurren y se dejan enfriar sobre una rejilla o un paño. 

Una vez frías, se rellena el tarro de vidrio alternando alcachofas y aceite. Se cierra y se guarda en un lugar fresco donde no le de mucha luz. 

Estupenda conserva muy fácil de hacer y viendo como están en Chipre, a lo mejor es bueno tener una buena despensa... 

¡Buen provecho!

lunes, 18 de marzo de 2013

Chips de yuca


Cada vez que vamos a casa de mis padres nos espera un experimento culinario nuevo. Ahora están encantados con el queso vegetariano con chips de yuca. Del queso no me olvido, ya lo compartiré más adelante. En cambio, las chips de yuca son tan fáciles y están tan buenas que las tengo que poner ya. 

¿Sabéis lo que es la yuca? 
Es una raíz originaria de las zonas tropicales de América. Hay muchas maneras de comerla pero siempre debe cocinarse o tratarse puesto que, en estado crudo, es un veneno muy potente debido a la cantidad de ácido cianhídrico que contiene. Muy conocida es la tapioca, la harina de yuca. 
Para hacer chips, nos quedamos con la yuca tal cual. 

1 raíz de yuca 
Aceite de oliva 
Sal 

La raíz de yuca debe lavarse bien y pelarse. Tras esto, se corta en rodajas muy finas, si hace falta con una mandolina. 
En una sartén con el aceite bien caliente y el fuego fuerte, se van echando las rodajas de yuca y se fríen por ambos lados. Tiene que haber aceite suficiente para cubrir la yuca pero no se debe echar toda de golpe, si no las rodajas separadas. Parece que vaya a ser un proceso muy lento pero al ser tan finas se hacen casi vuelta y vuelta. 
Se quitan del fuego dejándolas sobre papel de cocina para que absorba el aceite sobrante. Se ponen en un plato y se salan al gusto. 

No necesitan nada más. Quedan más crujientes que las patatas, están deliciosas y son muy nutritivas. 

¡Buen provecho!

domingo, 10 de marzo de 2013

Setas a la yema



Así se llaman varios platos que sirven en El cisne azul, un restaurante al lado de la plaza de Chueca, que tiene todo el aspecto de bar manolo, bar de barrio pero donde, según muchos, se preparan las mejores setas de Madrid. 
Doy fe de que son recetas sencillas y riquísimas con productos de muy buena calidad. De setas no sé mucho, salvo lo que me encantan. 

Volviendo a El cisne azul, tienen varios platos de setas con huevo, porque aunque se llaman a la yema, la clara también va incluida. No se me habría ocurrido nunca una receta así. Bueno, nunca no sé, pero difícilmente. 
Ya supondréis como se hace pero en domingo no hay que hacer grandes esfuerzos mentales, por eso os dejo la receta. Yo he supuesto como lo hacen y he hecho alguna aportación por mi cuenta. 

200 grs. de setas frescas, del tipo que se prefiera 
2 huevos 
Aceite de oliva 

Se lavan las setas, se escurren y se cortan al tamaño que se desee. Para escurrir las setas, se puede presionar cada una entre las manos, es más rápido que dejarlas en el escurridor. 
Se unta una parrilla con muy muy poco aceite, se calienta y se echan las setas. Dos o tres minutos por cada lado y ya se pueden pasar a un plato. 
Se fríen los huevos a la vez, total, los vamos a romper para comerlos. 
Se ponen sobre las setas y se reparte la sal de jamón. Evidentemente, se puede usar otro tipo de sal, como la maldon. 

Listo, no tiene más secreto. 

¡Buen provecho!


domingo, 3 de marzo de 2013

Guiso de guisantes y champiñones


Sin caldo, como nos gusta en casa

Mi contrario está griposo. Llevaba unos días incubando, con síntomas pero, nada más empezar el fin de semana, ha caído del todo en la enfermedad. Por ello nada de carnaza ni comidas fuertes, le toca comer arroz y platos de cuchara, aunque a ninguno de los dos nos guste mucho el caldo en guisos, solo en sopa (y no mucho) o el caldo solo. 

Le encantan los guisantes, a mi contrario digo. Y yo soy muy débil ante el enfermo así que compré guisantes, además de patatas, champiñones, berenjenas, pimientos, cebollas, y un sinfín de vegetales. 
Mientras compraba no se me ocurría como hacer los guisantes pero en el camino de vuelta a casa fui dándole vueltas y al llegar a casa ya tenía la idea clara de lo que iba a hacer, lo que ahora os cuento. 

200 grs. de guisantes frescos ya pelados 
3 patatas 
120 grs. de champiñones 
1/2 cebolla 
2 dientes de ajo 
500 ml. de agua 
Aceite de oliva 
1 cucharadita de cúrcuma 
Sal 

Lo primero es tener todos los ingredientes pelados, lavados y cortados: ajo y cebolla picados bien pequeños, los champiñones en seis trozos cada uno (si son grandes como los que compré) y las patatas a trozos no muy gruesos para que se hagan antes. 

En una cazuela de barro se calienta, a fuego medio, un chorrito de aceite y se echa el ajo. Un minuto después se echa la cebolla y se deja cuatro minutos más, con cuidado de que no se pegue. Lo siguiente es echar los guisantes y un chorrito de aceite más, otros tres minutillos, tras lo cual van los champiñones. Dos vueltas de cucharón y se echan las patatas, el agua, la sal y la cúrcuma. Se remueve todo y se tapa. 

Aproximadamente media hora de cocción sin olvidar de remover de vez en cuando. Dependiendo de la cazuela, puede calentar tanto que empiece a hervir, en ese caso solo hay que bajar un poco más el fuego. 
¿Cuándo está hecho? Como la media hora es aproximada, lo mejor es, a los veinte minutos, pinchar una patata con un palillo. Si se clava sin esfuerzo, ya está hecha. Si no, se deja un poco más y se vuelve a probar. 

Un plato sencillo de hacer y realmente muy rico, con estas medidas salen tres platos pero nosotros dos nos lo comimos todo... sin caldo. Para que digan que lo sano no está bueno... 

¡Buen provecho!